Entradas

Mostrando entradas de 2016

¡Felices 25!

Hoy celebré llegar a veinticinco diciembres, me gozé, reí, brinqué, comí, y también llore. En resumen, me llena de amor llegar a esta edad, y agradezco a Dios permitirlo.  Debo confesar que extrañé la felicitación de mi papá, extrañé su voz y ese abrazo matutino con aplauso incluido. Extrañé sentirlo, y escucharlo de él... pero el cariño y el deseo de él para mi, lo tuve presente igual que en mis anteriores dieciochos de diciembre. Es curioso llegar a los 25,  (que recuerdo haberles celebrado a mis hermanos y verlos como adultos "GRANDES", a una hasta a días de casarse), y yo sentirme aún pequeña, todavía niña. Pero mirarme al espejo, a mi carrera y mi agenda, y saber con certeza de que soy tan adulta como ellos. Que gracias a Dios, lo estoy logrando, superándome y creciendo en gracia y sabiduría (como mi mamá siempre ha orado).  Me enorgullecen mis años, y vivencias. Todas las bendiciones que Dios ha mostrado, y me regala, así, sin merecerlo, sólo porque l...

Si contestara con honestidad bruta e imprudente.

Bien, pero, ¿cuánto tiempo es válido extrañar al día?, ¿qué tantas veces puedo ponerme triste sin que se vea mal ?, ¿a quién le toca escucharme decir lo mismo en diferentes momentos?, ¿cómo controlo mi mente para que no atormente ?,  ¿ cuándo?      ...¿y tu?

Vaivén

Las madrugadas se han vuelto mi hora más popular de extrañarte. Llegan con una avidez insolente de recuerdos, frases, y planes.  Veo todo lo que vivimos, desde la primer imagen, hasta el pasillo. Te veo en la cama, en el sillón, en tus sillas, ¿dónde no?. Duele, duele como nadie sabe explicar. No es proporcional al amor, ni a los años, simplemente no tiene proporción. Es inmedible.  Expiró tu licencia, y de repente sentí el cambio de dirección. Y a pesar de que la ausencia es finita y mi vida siempre ha tenido un plan definido, no sé aún cómo llevarme por este nuevo sentido.  Nadie aquí sabe, pero seguimos. Con lagrimas, historias y muchas menciones de ti.  Seguimos.

Paradoja.

Soñar contigo. La primer vez fue esa misma semana, irónicamente, pasó la primer noche que pude dormir en paz. Hasta que abrí los ojos. Quiero gritar con todos mis dedos que, soñarte, soñarte como eras, soñarte feliz, o bromeando, regañando, soñarte enfermo, siempre aconsejando, atinadamente cuestionando, dudando,  sólo pensando, hasta soñarte durmiendo frente a tu televisor y despertándote con el sonido de la puerta al abrirse. Es una pesadilla.  La peor, y más brutal pesadilla. No es sólo un mal sueño, ni una sensación extrema que me despierta. No. Es la realidad. Lo es desde que inicia, hasta cuando, en medio de mi sueño, descubro el velo para renovar la prometida vida que viene al despertar. ¡Recuerdo haberme sentido dichosa de verte! Fue una calidez fugaz seguida del amargo tormento: aprender a vivir sin tus buenos días, sin ti por las tardes de cómplices y sin ti en nuestros buenas noches. Es las alegrías y la melancolía que jamás tuve y siempre tendré.

Nota de algún mes del último trimestre del 2015: Nadie te quiere cuando tienes 23.

Imagen
Nadie te quiere cuando tienes 23. Vaya edad, apenas hace unos meses cumplió esta edad mi mejor amiga, le preparé un regalo, cuyo extra final fue una pequeña carta llena de "mi sabiduria". Explicaba que en realidad, sí es una edad difícil, pues ya dejas ese limbo de vida estudiantil donde eres un pseudo-adulto, y eso te ve forzado a volverte: ADULTO. Pero, y ¿si todavía no quieres?  ¡ Pamplinas!,  dice el mundo: ya estas en edad, ya terminaste tu carrera, ahora trabaja y gana dinero, mientras eres feliz, con una pareja estable y de paso en tus ratos de ocio publicas todo en tus redes sociales, (que para eso están, ¿no?), para demostrarle al mundo lo realizado y pleno que eres. Gracias mundo, esa presión necesitamos todas y todos para salir adelante, yeih. (SARCASMO GIGANTE QUE HACE QUE ME ATRAGANTE). Yo pensando: eeeeem, what about... no. (Así en inglés, para verme todavía más sangrona). Tal vez sí, si genero mi propio dinero, con sí, mi carrera ya terminada. Pero, hay quienes...

Lo sabes.

De pronto, te encuentras a ti misma sintiendo cosas que hacia mucho no sentias por alguien. Haciendo planes que ya no planeabas. Hablando con las personas acerca de lo bonito que es todo, cuando pensabas que ya no existía algo asi. Extrañandolo a cada momento que estan separados. Anhelando cada segundo juntos. Pensando con lujuria. Pero también con ternura. Sumando besos a tu vida. Queriendo que el tiempo corra corra corra y, cuando esten juntos, se detenga otra vez. Es cuando lo sabes, te das cuenta que, otra vez, estas enamorada de alguien. Lo sabes, es él el.

2015

Imagen
Que padre como va transformándose uno conforme pasan los años, y con todas las tecnologías que tenemos al alcance ahora podemos vernos, ese cambio, a través de nuestras pantallas, con nuestros dedos; podemos trasladarnos a hace 1, 5, 10 años atrás. Descubrimos que cada día vamos aprendiendo a expresarnos mejor, o a expresarnos menos, o simplemente a ser mas prudentes y discretos. Y al mismo tiempo aprendemos que el qué dirán no nos afecta como pensamos siempre. Ni mucho menos el qué dijeron. Importa que decimos nosotros, de nosotros. ¿Cómo nos percibimos? En facebook, twitter, blogger, instagram, releo mis publicaciones y siento que cada mes estoy leyendo a una Sofía distinta, y cada vez veo a una Sofía mas segura de quien es.  Desde aprender a usar hashtags hasta aprender a no decirlo todo en redes, o desde hacer check-ins en cada cuarto de la casa, hasta dejarlos sólo para ciudades nuevas.  Desde ser alguien que habla mal o muy bien de las personas, hasta algu...