¡Felices 25!
Hoy celebré llegar a veinticinco diciembres, me gozé, reí, brinqué, comí, y también llore.
En resumen, me llena de amor llegar a esta edad, y agradezco a Dios permitirlo.
Debo confesar que extrañé la felicitación de mi papá, extrañé su voz y ese abrazo matutino con aplauso incluido. Extrañé sentirlo, y escucharlo de él... pero el cariño y el deseo de él para mi, lo tuve presente igual que en mis anteriores dieciochos de diciembre.
Es curioso llegar a los 25, (que recuerdo haberles celebrado a mis hermanos y verlos como adultos "GRANDES", a una hasta a días de casarse), y yo sentirme aún pequeña, todavía niña. Pero mirarme al espejo, a mi carrera y mi agenda, y saber con certeza de que soy tan adulta como ellos. Que gracias a Dios, lo estoy logrando, superándome y creciendo en gracia y sabiduría (como mi mamá siempre ha orado).
Me enorgullecen mis años, y vivencias. Todas las bendiciones que Dios ha mostrado, y me regala, así, sin merecerlo, sólo porque le place y es bien chévere. Cada dolor, golpe y cansancio; sé que tengo la fuerza, valentía y amor para sobrepasarlos y vivir conforme al plan que Dios escribió para mí desde que yo era aún desconocida para mis papás.
Fuí un "dolor de estomago"(já), que vino a aumentar la familia, y rejuvenecer a mis viejos, la bebé llorona que les hizo interesante la adolescencia a mis hermanos, que años después (no muchos) sería la tía más enfadosa que mis sobrinos tendrán, y también la prima, sobrina, colega, amiga, mejor amiga y compañera, ¡más vaga y parlanchina que puedan conocer! Jajaja 🙃.
¡Inician mis 25 y yo les agradezco a todos tanto cariño y paciencia (aguante) conmigo!
Posdata.- Eso sí, sigo estando SIN LLENADERA, porque sooorry, pero otra vez, NO recibí ninguna 😘.
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