Cobarde.

Sabe Dios que no me gusta borrar. Mis recuerdos y mi pasado es preciado. Incluso el que incluye los momentos feos.

Pero otra parte de mi desea jamás mencionarte, jamás hacerte caso, jamás importarme lo que haras. Pobre ingenua parte de mi, porque sé, que aunque llegará el día en el que no me dolerá, no llegará en el que te elimine por completo.

No. Fuiste un gran amor, claramente (para mi) fue mayor la traición, pero en sus momentos, trajiste grandes alegrías, que no quiero saber cuántas fueron honestas y cuántas solo para intentar atraparme más. 

No es tan fácil aceptar la situación e ignorarte, porque yo no puedo ni quiero borrar los 4.5 años juntos.

Me dejaste claro lo bien que tu lo haces, y no puedo menospreciar tus habilidades de contador de cuentos tampoco. Pero yo no soy así.

Me pesa no ser así, le pesa a mi familia y también a mis amigos cercanos. Pero saben todos, que es lo correcto, lo maduro y lo digno.

Ansío la parte del "no dolerá", pero afronto, sin nada que ocultar, este presente lleno de sobresaltos y golpes bajos, traducidos en ridiculeces que a su vez son solo más pequeñas, medianas y grandes heridas... que, por Dios, sanarán.

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