Hoy hace un año y en otro horario, pero hoy.
Fue el primer día de pisar España.
Hace un año exactamente, ya estaba allá.
Salí un 9 de febrero de mi casa, ese fue el día 0, y llegué el 11 a mi Santiago.
Hoy hubiera -si, hubiera- sido el día perfecto para platicarles mi último día en la aventura del intercambio. Perfecto porque soy una persona de mente siempre romántica y que adora el drama.. y no puedo encontrar más drama y romance en una fecha sino cuando son exactas, repetitivas al escribirlas o de un significado especial. Este caso es el exacto y de significado especial. Aunque sólo sea para mi.
Pero como dije, hubiera. No lo será.
Aunque si sera en la que les platico como sigo aplazando mi última publicación de intercambio, y en cambio, hablo de la cotidianidad de estos días. Estos benditos días (sin sarcasmo) de febrero.
Días de iniciar el último semestre de mi carrera, que fue al final, de 5 años (Dios mediante).
Días de trámites.
Días de comenzar a tachar mis resoluciones de año nuevo.
Días de doctrina metodista.
Días de platicas con hermanos, familia y pastores.
Días de cine.
Días de ver la verdad.
Días de ser traicionada (más).
Días de HIMYM en la madrugada.
Días de llorar (por primera vez).
Días de accidentes.
Días de pacientes.
Días de no hacer nada porque los pacientes no llegaron.
Días de historias clínicas.
Días de amor y amistad...
Así que no hay días de darme chance de escribir el último día de España, del avión, de mi vecino, de las maletas ni de la bienvenida. Pero, en cambio, logré que fuera un día de sigo viva, y mucho.
Hace un año exactamente, ya estaba allá.
Salí un 9 de febrero de mi casa, ese fue el día 0, y llegué el 11 a mi Santiago.
Hoy hubiera -si, hubiera- sido el día perfecto para platicarles mi último día en la aventura del intercambio. Perfecto porque soy una persona de mente siempre romántica y que adora el drama.. y no puedo encontrar más drama y romance en una fecha sino cuando son exactas, repetitivas al escribirlas o de un significado especial. Este caso es el exacto y de significado especial. Aunque sólo sea para mi.
Pero como dije, hubiera. No lo será.
Aunque si sera en la que les platico como sigo aplazando mi última publicación de intercambio, y en cambio, hablo de la cotidianidad de estos días. Estos benditos días (sin sarcasmo) de febrero.
Días de iniciar el último semestre de mi carrera, que fue al final, de 5 años (Dios mediante).
Días de trámites.
Días de comenzar a tachar mis resoluciones de año nuevo.
Días de doctrina metodista.
Días de platicas con hermanos, familia y pastores.
Días de cine.
Días de ver la verdad.
Días de ser traicionada (más).
Días de HIMYM en la madrugada.
Días de llorar (por primera vez).
Días de accidentes.
Días de pacientes.
Días de no hacer nada porque los pacientes no llegaron.
Días de historias clínicas.
Días de amor y amistad...
Así que no hay días de darme chance de escribir el último día de España, del avión, de mi vecino, de las maletas ni de la bienvenida. Pero, en cambio, logré que fuera un día de sigo viva, y mucho.
Es un placer especial el también compartir, que son días de todo lo anterior en uno solo, y algo más: gran fortaleza.
Lo que me lleva a confesar lo que siempre orgullosamente grito: soy la consentida de mi Dios.
Solo lo soy.
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