166: Vuelo de regreso a América, finalmente el 25 de julio de 2013 llegó.
Han pasado ya 365 dias desde que dejé Santiago de Compostela, en conmemoración de eso, mas el hecho de que estoy en el mismo continente que aquella ocasión, va, finalmente, el último dia de mi intercambio.
Empezaré la reseña del día con la situación en la que
termine un dia antes: El tren de Santiago.
Y como ya tenia parte de mi dia en borrador me leeran como si hubiera sido ayer... inicia.
Me ha pegado muy fuerte esa noticia. No saben cuánto.
Para los que no se hayan enterado: Un tren que viajaba de Madrid a Ferrol (Ferrol queda una o dos estaciones después de Santiago), se salió de las vías poco antes de llegar a la estación en Santiago, causando que se voltearan, explotaran, despegaran y volaran por el aire los vagones del mismo. Hasta el momento en el que escribo esta entrada, se reportaban más de 80 muertos, y muchos heridos (y de gravedad, algunos incluso con miembros amputados por el impacto).
Esta noticia me pega fuerte por muchas razones, y todas en
conjunto me han sacado lágrimas de dolor y oraciones de fortaleza por la vida
de todos los familiares de los fallecidos en el trágico accidente.
Me duele que ocurrió en mi querido Santiago, me duele la
fecha: En Santiago se celebra el 25 de Julio las “Fiestas del Apóstol”, es la
mayor celebración en todo Galicia, principalmente en Santiago. La gente espera
esta fecha para regocijarse, y la Xunta de Galicia prepara diversos
espectáculos y programas. Pero este 25 de Julio no sería así, este 25 de Julio
Santiago en vez de celebrar, esta de luto. De luto por su gente, por su sangre.
Me duele también, porque es algo a lo que fácilmente estuve
expuesta. Muchas veces yo tomaba trenes Renfe, y mi último fue precisamente el
trayecto contrario al del accidente: Ferrol-Madrid.
Yo pasé por la curva dónde este tren no pudo terminar. Y fui protegida.
No me canso de decirlo, y ahora menos. Dios siempre en todo momento ha estado conmigo, y me ha cuidado de todo mal, de todo problema, de toda situación.
Yo pasé por la curva dónde este tren no pudo terminar. Y fui protegida.
No me canso de decirlo, y ahora menos. Dios siempre en todo momento ha estado conmigo, y me ha cuidado de todo mal, de todo problema, de toda situación.
Encima, también el Señor me ha mostrado, a través de mis
amistades, lo querida y cuidada que soy. Muchos mensajes llegaron a mí entre
ayer (24) y hoy, de personas preocupadas por mí, casi llorando mi posible
muerte por haber leído del accidente, por haber recordado que hace unos días
había hecho “Check-in” en Madrid, por haber escuchado que una mexicana de
intercambio iba en el tren y estaba entre las víctimas. Otros me mandaban
mensajes aliviados, porque al enterarse de la noticia se alarmaron por mi vida,
pero al entrar a mi perfil aliviados leían lo que había publicado acerca del
accidente, y solo me deseaban que
tuviera un feliz viaje de regreso.
Por tantas cosas, agradezco a Dios sus cuidados, y le pido
cuide también de Santiago y los que continúan luchando contra la realidad de
sus amigos, o familiares en el tren.
Lo siento si sueno muy trágica, pero es algo que todo el día
ha estado conmigo, todo este día, por ser el tan esperado: 25 de Julio (y ahora
me refiero al vuelo).
El día se pasó rápido, justo ahora escribiendo esto en el
avión de regreso a San Diego, marca mi computadora la 1:44am del 26 (hora de
España), es decir que sí, el día para mi como tal ya pasó, aunque para donde
voy apenas caerá la noche.
Rápidamente: Lo que hice fue levantarme, cambiarme, guardar
la pijama y las cosas, tomar el metro al aeropuerto –primer gran reto-, pues
con semejante equipajes no fue tarea sencilla.
Hermosamente nunca me falto
quién pudiera ayudarme en el traslado pesado (escaleras por ejemplo) o
subidas/bajadas de metros.
Finalmente llegué al aeropueto y OH SORPRESA, en vez de 25
kilos permitidos, por esta Aerolínea sólo tengo 23.
Y pal colmo, mi maleta con
sobrepeso, tenía tanto sobrepeso que no podía siquiera subir al avión. (Para
cuando viajen es importante saberlo, yo lo había leído pero nunca pensé que se
pasaría… Se considera sobrepeso cuando se pasa de los 23 o 25 kg permitidos por
pasajero PERO no excede los 32kg permitidos por maleta. ¿QUÉ, QUÉ? Tal cual).
Y
bueno, mi maleta excedía todos los excesos que no se deben exceder. De modo
que, pase de llegar con 2 hermosas horas de anticipación a tener poco tiempo
para o tirar cosas o reacomodar maletas o conseguirme un hada madrina que me
solucionará el problema.
Pasé a la cabinita donde, hasta eso, privadamente puedes
hacer tus cambios (osea, no en el centro del aeropuerto donde todo mundo ve tus
calzones jaja).
Y de pronto, el hada madrina llego… aunque no es exactamente lo
que tenía en mente cuando lo pensé. Un señor se apareció, aparentemente el
Señor hace su aguinaldo vendiendo maletas a personas como yo (con sobre equipaje),
pero bueno, mi milagro no fue comprar una maleta, sino que me informo que con
la otra maletita que llevaba, podía pasar, sin pagar sobre equipaje, sin tirar
nada y lo que había pedido: SIN PROBLEMAS.
Regrese con la Srita. de la Aerolinea y SANTO REMEDIO, ahora nomas era yo con un caparazón de backpack, una bolsa a punto de reventar y mi carry-on rosita con las costuras puestas a prueba.
Despues de eso solo tuve que correr a la puerta para abordar (llegue SAFE)..mil horas de vuelo, mucho dormir, mucho escuchar musiquita, mucho decidir que pelicula ver durante el vuelo y luego: NEW YORK <3
En New York conoci a una simpatiquisima japonesa, que me auxilio a pasar por la revision con mis tres articulos (nada mas se pueden dos u.u), y...en el vuelo, un chavo gringo super relajado, cargo mi caparazón como si fuera suyo para que de nuevo nadie dijera nada.
En ese vuelo de NYC-San Diego conoci a un padre de familia muy agradable, que estaba regresando de Grecia. Platicamos un buen rato de viajes y de pronto hablamos de como son las relaciones en estos tiempos y las recomendaciones de él para sus hijas, en ese momento su platica me parecia muy irrelevante, ahora quiero hacer toda una nueva entrada sólo de eso.
Antes de bajar del avión, conocí a sus hijas y esposa, me despedi y ahora si: Con todos mis kilos a casa.
Llegar fue como llegar de cualquier viaje, con esa sensación de desconocer por dentro tu casa (aunque siga igual). Y de querer abrazar a todos aquellos que tanto amas.
Asi fue como termino mi intercambio en Santiago de Compostela, Semestre 2013-1.
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