La vuelta al mundo no termina.


Lo malo de amar tanto viajar, es que jamás calmarás tu ansiedad por seguir haciéndolo.
Porque aunque el mundo es pequeño, nunca terminaras de conocerlo, pues todos los lugares se renuevan cada día, con distintas personas, otros aires, nuevos colores, aromas menos o más extraños, comidas con ingredientes lejanos, no importa cuanto tiempo tengas, o el dinero que poseas. Si amas viajar, jamás calmarás tu ansiedad.

Y eso no es malo.




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