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Mostrando entradas de diciembre, 2014

Quejarse es fácil.

A las personas nos gusta decir quejas. En mi reciente viaje a Puebla varias veces usé transporte público (que, dato curioso, es mucho mas económico que en mi ciudad), al tomar el autobus que nos movía del hotel al centro, nos topamos con un tramo de aproximadamente 8 cuadras cerrado, asi que por  unos 20 minutos escuché al chofer maldecir y en general quejarse de que el municipio/estado arregla todo a luz de dia y provoca problemas de tráfico. Tachando de malos e impertinentes los mantenimientos que se le dan a las calles (las cuales, por cierto, son MUY angostas, y por lo mismo son de un solo sentido cada una, alternando la dirección de éstas entre una y otra). Soy una persona que, bueno si me conocen ya lo saben, disfruta viajar, y parte del placer es el "actuar como local", asi que para mi fue muy interesante ese recorrido, apesar de que no soporto mucho el escuchar a alguien gritar malas palabras al por mayor. Es curioso como hoy, recuerdo ese momento, esa queja de lo mal...